La ira, es la respuesta que emite nuestro cerebro cuando nos encontramos ante una situación
de peligro y manda la señal para huir o atacar, puede surgir como consecuencia de un estado de inseguridad, envidia, miedo o frustración. Suele aparecer cuando somos incapaces de
afrontar una situación concreta en la cual puede herirnos molestarnos la forma en que actúan las demás personas. Cuando hablamos de agresividad, nos referimos a la manifestación exterior de la cólera que sentimos
La ira la podemos clasificar en tres tipos:
1. Conducta agresiva y violencia: Esta es una ira instrumental ya que la empleamos como un medio para obtener algo. Suele ser usada cuando somos incapaces de lograr los objetivos por otros medios.
2. Ira como explosión: Esta se da cuando las frustraciones diarias que vamos acumulando durante mucho tiempo o situaciones perturbadoras hacen que lleguemos a nuestro limite y estallamos.
3. Ira como defensa: Esta surge cuando percibimos que estamos ante una dificultad o sentimos que nos están atacando.
Acciones para controlar la ira
Afrontar nuestras emociones
Cuando algo injusto sucede y no reaccionamos empezamos a acumular emociones lo cual nos puede desencadenar en reacciones de ira. Cuando se presenten problemas debemos afrontarlos con control y asertividad, trabajemos la ansiedad y el estrés de la situación esto para que no acumulemos ira y enfado, que después nos cueste manejar.
Reflexionar acerca de las causas y las consecuencias
Analizar si la reacción emocional es realmente congruente ante la situación, el ¿Por qué reaccionamos así? Además de si esta reacción nos puede ayudar a solucionarlo o solo perjudicaría mas.
Descansar lo suficiente
Cuando estamos agotados física y mentalmente, tendemos a tener reacciones mas impulsivas, por lo mismo del agotamiento tenemos menos herramientas para gestionar y evaluar nuestras reacciones, por tal razón es mejor descansar lo necesario y bien.
Respirar
Cuando detectemos que podemos tener una reacción de ira, lo mejor es tratar de respirar profundo durante unos 20 segundos, esto hará que nuestro cuerpo se oxigene ayudando a disminuir las emociones vividas en el momento. Por tal manera es que se recomienda hacer deporte, practicar yoga, tomar un baño de agua caliente o lo que nos ayude a distraernos.
Evitar situaciones y personas irritantes
Evitar encontrarnos con personas que pueden aumentar nuestra ira, o que con su forma de ser nos puedan llevar a un estado negativo, tratar de evitar los contextos en que podamos estallar.
Terapia con un psicólogo
Si te cuesta mucho controlar tus reacciones, busca la ayuda de un psicólogo profesional y acreditado, sobre todo si han llegado a un punto en que las manifestaciones de ira son frecuentes.
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