La capacidad que tenemos para lidiar con el estrés y las dificultades es llamada resiliencia. Lidiar con el cambio o la pérdida, desafíos como la muerte de un ser querido, la pérdida de empleo, problemas financieros, desastres naturales, emergencias médicas, entre otros. La resiliencia no elimina el estrés ni borra las dificultades de la vida, ni el temor al contagio, ni nos hace inmunes al virus, pero nos ayuda a afrontar las dificultades de mejor manera.
Las personas que poseen esta capacidad de recuperación no ven la vida a través de lentes de color rosa, solo entienden que ocurren reveses y que a veces la vida es dura y dolorosa, pero su actitud mental les permite superar esos sentimientos y recuperarse.
Cómo construir resiliencia en crisis, enfermedad o cuarentena:
Replantear pensamientos
En lugar de ver la adversidad o cuarentena como insuperable, centrarse en las cosas positivas que puede hacer, esto propicia la salida de una mentalidad negativa. Busque pequeñas formas de abordar el problema y hacer cambios que ayuden.
Priorizar las relaciones
Conectarse con personas empáticas y comprensivas puede recordarle que no está solo en medio de las dificultades, acepte la ayuda de los que se preocupan por usted, evite personas pesimistas que solo aumentaran su estado emocional negativo.
Cuide de su cuerpo
Promover factores de estilo de vida positivos como una nutrición adecuada, un sueño amplio, hidratación y ejercicio regular puede fortalecer el cuerpo para adaptarse al estrés y reducir la carga de emociones como la ansiedad o la depresión. Incluso durante la cuarentena, no descuide el cuidado personal, evite pasar todo el tiempo en pijama, arréglese, use ropa con la que se sienta bien.
Encontrar un propósito
conectarse con otras personas o simplemente apoyando a un amigo en su propio momento de necesidad, orienta a tener un sentido de propósito y fomenta la autoestima, el tener un ¿Por qué? O ¿Quién? Luchar, motiva a seguir adelante.
Ser proactivo
Es útil reconocer y aceptar sus emociones durante los tiempos difíciles, pero no se vea como víctima, sino busque las alternativas que tiene para salir de la crisis, adáptese al cambio.
Objetivos realistas
En lugar de concentrarse en tareas que parecen inalcanzables, hacer planes que se puedan cumplir y alcanzar.
Autodescubrimiento
Las personas a menudo encuentran que han crecido, tienen mejores relaciones y una mayor sensación de fortaleza, incluso mientras se sienten vulnerables. Al mirar hacia atrás recuerde dónde ha podido encontrar fuerza y pregúntese qué ha aprendido de esas experiencias.
Acepta el cambio
Es posible que ciertas metas o ideales ya no sean alcanzables como resultado de situaciones adversas o la pandemia, no consuma energía en ellas, concéntrese en las cosas que aun puede modificar o replantear.
Mantener una perspectiva esperanzadora
Es difícil ser positivo cuando la vida no va bien. Una perspectiva optimista le permite ver que no todo es malo ante la situación, a pesar de todo surgen cosas positivas, al enfocarse en ellas no da lugar a preocuparse por lo que teme.
Buscando ayuda profesional
Para muchas personas, usar sus propios recursos y los tipos de estrategias enumerados anteriormente puede ser suficiente para desarrollar su resiliencia. Pero a veces puede quedarse atrapado o tener dificultades para avanzar en el camino hacia la resiliencia.
Un profesional de salud mental puede ayudarle a desarrollar una estrategia adecuada para avanzar. Es importante obtener ayuda profesional si siente que no puede funcionar tan bien como le como resultado de una experiencia de vida traumática u otra experiencia estresante. Para aprovechar al máximo su relación terapéutica, debe sentirse a gusto con un profesional de salud mental.
Fuente: American Psychological Association
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